viernes, 15 de abril de 2011

¿Cómo hacer coplas y décimas en el aula de clases?

La Décima y la Copla, una sabiduría popular:
Testimonio fluvial de una enramada.

Tartamudeaban los primeros pasos de la madrugada cuando ya mis abuelos me tenían enredado entre sus piernas. Los brincos de la mañana se apresuraban al chaveteo del cigarro y el entablillamiento del cacao, mientras departían los hacedores de la vida saboreando el café que colaban mis abuelos. No faltaban los intelectuales, quienes ponían vuelo a las tertulias, que de manera fija y espontánea se sucedían en aquella enramada.

Aquella madrugada, blandía su espesor en el humo oloroso que el café dispensaba. En su quietud, se amarraba el espanto de la yegua rusilla de Gerardo el arriero, del caballo melao que le olía las nalgas como buscando campo para aumentar su especie. En el cantar del gallo se podía sentir el encuentro del ser con la raíz profunda de sus antepasados.

Cinco tazas de a tres y dos de a cinco, le decía mi abuelo a mi abuela Mariota. Que se aguanten carajo, que mis manos cansadas ya no logran tener la agilidad de entonces. En tanto que Payaso se asoma al fogón y encendiendo un cigarro con un tizón gastado propone con voz ronca un fiel contrapunteo; pero  que este, se base en sus intimidades sobre el café y un peo.

A seguida, Enrique zambulle el dedo índice entre la taza de café y murmura entre dientes:

"Me guta meteile el deo
y meníai mi cafecito
ansí lo siento mejoi
ma sabroso y equisito".

Jugando a la par de aquel murmullo, Chamona proseguía la cuarteta con una picardía resbalosa, insinuadora, coqueta y juguetona:

"Mientra tú le mete el deo
yo digo que no lo obligo
poique me da un coquilléo
ma jabajo dei ombligo".

No se hacía esperar la risotá de los presentes, en las jococidades de Chamona se sentía la presencia del aura celeste, esa aura que empujó a los juglares a nuestra pajiza aldea. Esto daba pie para un duelo sin parar, ya que, Maso Germosén no se quedaba atrás y arremetía a los pocos segundos de enmudecer la risotá provocada por Chamona:

"Pues yo no le meto el dedo
ni siento tu cosquilleo
porque si me afano mucho
temo se me salga un peo".

Perecía que la vieja enramada se iba a desplomar, ya que Moguí se apresuraba con una tos añeja: (nunca ajena a la pobreza).

"No joda, coño Masino
tu siempre con tu certeza
si a tí se te sale un peo
yo te arranco la cabeza".

Mi abuela miraba a Tomás, (el mismo de "Yelida" Canciones de Litoral" y de "Rezos Bohemios") y decía:

"¿Y no hay un tema mejor
que pueda traer el día?
no fuñan que aquí el poeta
nos va a hablar de poesía

El sabe cosas más finas
aprendidas del museo
donde enceraron a un indio
cuando se tiraba un peo"

Tomás, se arreglaba la corbata, acariciaba la taza y la botella y con tono charlatán y buen humor respondía:

"Déjalos quieto Mariota
que yo comí chicharrón
y lo más rico es un peo
cuando se mezcla con ron".

La risotá invadía el caserío y ya las voces de los pregoneros comenzaban a escucharse entre los pasos nerviosos del alba que recién se estrenaba entre los árboles.

Actividad:
Se coloca a los estudiantes en pareja y les muestra el ejemplo anterior, se les explica lo que son las coplas y décimas, luego se les pide que realicen una copla diferente, se selecciona a una pareja para que lo haga del mismo género en este caso humor, y a las demás parejas que lo hagan de otros géneros como amor, dolor, amistad, etc. Después de haber terminado las coplas y décimas se invita a los estudiantes para que las reciten.